Zoonosis
Hablemos de rabia: claves para prevenirla
La rabia es una zoonosis que en la gran mayoría de los casos presenta desenlace fatal. ¿Cómo se transmite? ¿Cómo se previene? ¿Cómo podemos trabajar para controlar la transmisión de la rabia y llegar al objetivo de cero muertes humanas a causa de esta enfermedad para el 2030?
Leandro Martínez Melo- M.V. División de Animales de Compañía en Biogénesis Bagó
La rabia es una enfermedad viral que afecta al sistema nervioso central de los mamíferos, incluido el hombre y tiene una letalidad cercana al 100%. Está presente en más de 150 países de los cinco continentes y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor de 60.000 personas mueren por año a causa de esta enfermedad, principalmente en Asia y África. Al mismo tiempo se estima que el costo estimado de la rabia es aproximadamente de 8.6 mil millones de dólares por año, de los cuales el 54% corresponde a pérdidas de productividad debido a muertes prematuras, el 37% se destina al tratamiento de personas mordidas por perros sospechosos de estar rabiosos y el 2% se destina a la vacunación de perros y el control de la población.
Actualmente organismos internacionales y autoridades sanitarias trabajan por el objetivo de eliminar las muertes humanas a causa de rabia transmitida por perros y gatos, la fuente principal de transmisión en humanos, para el 2030. Este objetivo es posible dado que esta enfermedad es 100% prevenible a través de la concientización y la vacunación de animales.
¿Cómo se transmite?
La rabia se considerada una zoonosis (enfermedades de los animales que pueden transmitirse a los seres humanos) y es causada por un virus que afecta al sistema nervioso central de los mamíferos domésticos y silvestres. Al encontrarse concentrado en la saliva, la transmisión suele darse a través de las mordeduras de animales enfermos. Una de las características más importantes de la rabia es que cuando se desarrollan los signos clínicos de la enfermedad, principalmente asociados a la encefalitis, ya no hay posibilidad de tratamiento y se vuelve letal en casi un 100% de los casos. Por este motivo es que se vuelve una tarea esencial prevenirla. Ante la posible exposición a un murciélago o la mordedura de un animal no vacunado, se debe avisar inmediatamente a las autoridades sanitarias locales o al departamento de zoonosis del municipio para conocer el protocolo correcto ante esas situaciones.
¿Cómo se previene?
La vacunación en perros y gatos es fundamental para su prevención. En primer lugar, resulta clave entender que estos animales no nacen con rabia. Es indispensable vacunarlos contra la rabia desde los tres meses de edad y con periodicidad anual para protegerlos de esta enfermedad y evitar su transmisión a las personas. Así, además de prevenir la propagación del virus, el sistema de salud no tendrá que afrontar el posible gasto de un tratamiento a causa de una posible infección.
¿Cómo podemos trabajar para controlar la transmisión de la rabia y llegar al objetivo de cero muertes humanas a causa de esta enfermedad para el 2030?
Para controlar esta enfermedad es importante que el sector privado y público aúnen esfuerzos para crear conciencia sobre la importancia de la rabia como problema de salud pública. Por lo que es necesario informar acerca del riesgo que implican los perros y gatos no vacunados, así como otros animales en la cadena de transmisión y las medidas de prevención.
Las campañas de concientización que informan sobre cómo identificar signos de rabia y promueven la notificación inmediata a las autoridades en caso de sospecha de un animal infectado, son muy importantes para lograr este objetivo. Éstas deben estar dirigidas a los tutores de perros y gatos ya que son ellos quienes deben garantizar la protección y el bienestar de sus animales a través de la vacunación anual contra la rabia.
Asimismo, seguir invirtiendo en la producción de vacunas seguras y de calidad, que sean accesibles a la población es clave para que los esfuerzos de sensibilizar sobre el tema se traduzcan efectivamente en acciones de prevención de la transmisión de esta enfermedad.
Por eso, continuar trabajando en la concientización de la población, la accesibilidad a vacunas seguras y eficaces, junto con el compromiso y la articulación de actores del sector público y privado, permitirá lograr el objetivo de alcanzar las cero muertes humanas por rabia canina y felina para el 2030.
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