Sociedad
Mascotas como sustituto de los hijos: ¿Un nuevo modelo familiar?
Hay personas y parejas que deciden no tener hijos biológicos, pero sí perros y gatos a los que crían como hijos. Las razones de una tendencia que viene atravesando la sociedad.
Gustavo Iglesias, director de Vet Market
La evolución de los animales de compañía a lo largo de la historia ha sido un proceso gradual y complejo.
Los perros fueron domesticados hace unos 15.000 años. Inicialmente para la caza, la vigilancia y el pastoreo. Los gatos también fueron domesticados hace unos 10.000 años y se utilizaron inicialmente para controlar las plagas de roedores. Con el tiempo, ambas especies se convirtieron en los mejores animales de compañía.
Hay varias razones por las que los perros y los gatos como animales de compañía han ganado tanto terreno en las preferencias de las personas. Algunas de las más comunes incluyen:
- Amor incondicional. Los animales de compañía son valorados por su amor incondicional. Siempre están felices de vernos y nos dan compañía y afecto. Esto puede ser muy gratificante para las personas que se sienten solas o aisladas.
- Reducción del estrés. Los animales de compañía pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. El simple acto de acariciar a un perro o un gato puede liberar oxitocina, una hormona que tiene efectos relajantes.
- Compañía. Los perros y los gatos pueden proporcionar compañía y apoyo social. Pueden ser grandes compañeros para las personas que viven solas o que no tienen muchos amigos.
- Sentido de propósito. Tener animales de compañía puede dar a las personas un sentido de propósito, como sentirse útiles y apreciadas.
¿De animales de compañía a hijos?
Actualmente, en muchas partes del mundo, los animales de compañía son considerados miembros de la familia. Incluso algunas personas los consideran hijos.
Desde la mirada de la ciencia, tratar a un animal como a un hijo biológico se conoce como antropomorfismo, es decir, humanizar y atribuir características, emociones o motivaciones humanas a los animales. En tanto, desde el punto de vista sociológico, criar animales de compañía como si fueran hijos puede interpretarse como una respuesta al cambio en las estructuras familiares, y desde el punto de vista psicológico, como una expresión de las necesidades emocionales humanas.
Cabe aclarar que aunque las personas crien animales como si fueran hijos, biológicamente no lo son, y por ende tienen diferentes necesidades y requisitos.
Desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires (CVPBA), recuerdan que cuando se humaniza a un animal se le restringe la expresión de conductas propias de su especie.
“Lo que le genera al animal ser tratado como un humano es, en el 90% de los casos, un gran estado de ansiedad, desde el miedo, pasando por la fobia, el pánico, los síndromes convulsivos”, indica el CVPBA. "La postura de atribuirle al perro o al gato comportamientos o actitudes que no son propias de un animal doméstico, pero sí de un humano acaba coartando su auténtica naturaleza y con ello su libertad", agrega.