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miércoles 16 de julio de 2025 - Edición Nº2330
Vet Market » Divulgación » 26 ago 2022

DÍA NACIONAL POR UNA ARGENTINA SIN CHAGAS

Enfermedad de Chagas: un problema de salud pública en Argentina

La efeméride se celebra, desde 2011, todos los últimos viernes de agosto, con el objetivo de promover la participación, el compromiso y el trabajo conjunto de la comunidad en general con el universo científico, sanitario y escolar, y así desnaturalizar esta enfermedad y romper el silencio que la rodea.


En el año 2011, el Ministerio de Salud de la Nación, decidió proponer la efeméride del Día Nacional por una Argentina sin Chagas el último viernes de agosto de cada año, para acercarse al objetivo fijado por la Organización Mundial de la Salud de eliminar a la enfermedad de Chagas como problema de salud pública global en 2030, y recibió la adhesión de todas las provincias.

La conmemoración tiene el objetivo de promover la participación, el compromiso y el trabajo conjunto de la comunidad en general con el universo científico, sanitario y escolar, y así desnaturalizar esta enfermedad y romper el silencio que la rodea.

La enfermedad de Chagas es una de las tantas transmitidas por vectores, en este caso un insecto, la vinchuca, que transmite un parásito llamado Trypanosoma cruzi.

La enfermedad de Chagas, también llamada Trypanosomiasis americana, estuvo inicialmente restringida al continente americano, pero se distribuyó por el mundo a causa de los movimientos migratorios humanos.

Su nombre se debe al médico e investigador brasileño Carlos Chagas, quien describió por primera vez el parásito y a su vector.

La investigadora del CONICET en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Santiago del Estero y especialista en Chagas, Bibiana Julieta Volta, explica que "se trata de un grave problema de salud pública" y resalta que ser picado por una vinchuca no es la única manera de contagiarse. "Existen distintos mecanismos de transmisión" y enumera, en primer lugar, la transmisión vectorial, la cual se produce a través de la picadura de la vinchuca que se alimenta de sangre y que se infecta al picar a un animal o una persona infectados. "Se produce cuando la persona se rasca la picadura, e introduce las heces del insecto en la herida; también pueden introducirse a través de mucosas de los ojos o la boca", y agrega que "esta forma de transmisión ocurre, mayormente, en zonas endémicas, donde confluyen el parásito y el vector, y en áreas domiciliarias y sus alrededores con convivencia estrecha con animales que pueden estar infectados y sirven de reservorios del parásito".

Volta también señala la transmisión vertical o transplacentaria, que se produce durante el embarazo, a través de la placenta de la madre infectada a su hijo. "Actualmente es la principal vía de generación de nuevos casos de la enfermedad de Chagas en Argentina", resalta la investigadora.

La transmisión transfusional o por trasplante de órganos, en tercer lugar, ocurre cuando el donante de sangre o de órganos está infectado. Por último, asegura Volta, la transmisión oral se da por consumo de alimentos o bebidas contaminados con heces de un vector infectado y destaca que "la enfermedad de Chagas no se transmite a través de la leche materna, ni por convivir, besar, abrazar o tener relaciones sexuales con personas infectadas".

 

Vinchuca

 

Síntomas de la enfermedad

Entre los cinco y los catorce días posteriores al ingreso del parásito al organismo, aproximadamente una décima parte de las personas infectadas presenta manifestaciones clínicas generales, como fiebre prolongada, diarrea, dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, vómitos y falta de apetito. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, esta etapa inicial pasa inadvertida y es asintomática.

Problemas que causa

El 30 por ciento de las personas infectadas desarrolla la enfermedad de Chagas con afección del corazón y/o del sistema digestivo. En estos casos, los síntomas serán: dolor en el pecho, palpitaciones, dificultad para tragar, constipación, etcétera. Un gran porcentaje de los pacientes con miocarditis chagásica (inflamación del músculo del corazón) sufrirá daños cardíacos que muchas veces pueden resultar en muerte súbita o en insuficiencia cardíaca progresiva. El 70 por ciento restante de las personas infectadas puede pasar toda su vida sin desarrollar la enfermedad.

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad en adultos se basa en los signos y los síntomas clínicos y en los resultados de laboratorio, que incluyen pruebas parasitológicas, inmunológicas y moleculares. En niños nacidos de madres con serología positiva se diferencian dos etapas: una etapa temprana, que va desde el nacimiento hasta los diez meses aproximadamente, caracterizada por la presencia de anticuerpos maternos contra el parásito en el bebé. En estos casos carece de sentido realizar serología y debe buscarse al parásito en sangre, con métodos de observación o técnicas moleculares, como la PCR, RT-PCR o LAMP. La segunda etapa es tardía, definida por la ausencia de las inmunoglobulinas maternas, que ocurre a partir de los diez meses. En estos casos sí la serología puede aplicarse al diagnóstico.

Prevención

La prevención se centra en disminuir la prevalencia del insecto vector mediante el manejo ambiental en viviendas de áreas endémicas con medidas sencillas: mantener el orden y evitar acumulación de objetos que no se usan; limpiar permanentemente detrás de muebles y objetos colgados en la pared; tapar grietas y agujeros de paredes y techos; mantener los animales fuera de la vivienda. Y complementar con fumigaciones en las viviendas donde se haya detectado el vector. También es crucial que todas las mujeres embarazadas y con capacidad de gestar se realicen estudios para saber si tienen Chagas. De esta manera podrán tratar a tiempo a sus hijos o recibir tratamiento antes del embarazo. Toda persona, hija de madre positiva para Chagas, debe ser estudiada para saber si hubo transmisión transplacentaria.

Tratamiento

El tratamiento con Benznidazol y Nifurtimox suele ser altamente efectivo si se realiza en la fase aguda de la enfermedad, que comprende los dos a cuatro meses después de la infección. Sin embargo, pasado este periodo, cuando se ha entrado en la fase crónica, la efectividad del tratamiento disminuye considerablemente. En estos casos, lo que se busca es controlar la carga parasitaria para evitar o minimizar los efectos. En los infectados recién nacidos, el tratamiento ha mostrado altos porcentajes de efectividad y pocos efectos secundarios. Hablamos de un porcentaje de cura que ronda el 95 por ciento.

 

(Con información de Conicet)

 

 

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