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lunes 30 de diciembre de 2024 - Edición Nº2132
Vet Market » Profesión » 5 sep 2022

Profesión

¿El veterinario que se dedica a medicina de animales de compañía es un científico?

Si se entiende que un científico es una persona que participa y realiza una actividad sistemática para generar nuevos conocimientos en el campo de las ciencias, entonces ¿el veterinario es o no un científico?


Por:
MV Oswaldo Santos Benain. Egresado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), Revalidado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). MN: 10161

Si lo es. Los médicos veterinarios se reciben en Facultades de Ciencias Veterinarias y al igual que las otras carreras de la salud, el estudiante de veterinaria recibe una formación científica.

Científico es de esas palabras que damos por sentado asociándola a una idea, pero si profundizamos en una reflexión Socrática, nos damos cuenta de que muchos tenemos una relación de un contexto más no una definición.

Un científico es todo aquel que practica la ciencia, que a su vez es una rama del saber que busca conocimiento a través del método científico.

El método científico es algo simple de aplicar, básicamente consiste en una serie de pasos:

1) Realizar una pregunta o exponer un problema

2) Investigación inicial

3) Formulación de hipótesis (posibles causas)

4) Experimentación o testeo

5) Análisis de resultados

6) Publicación

Si el análisis de los resultados verifica que la hipótesis proporciona una respuesta a la pregunta, entonces se considera que la hipótesis es verdadera.

Si el análisis de los resultados contradice a la hipótesis, entonces se considera que esta es falsa y se debe formular una nueva hipótesis para testear.

Esto permite resultados libres de la interpretación subjetiva del investigador y que son reproducibles y/o pueden ser falsados o refutados por otro, lo cual, hasta ahora, ha demostrado ser nuestra herramienta más poderosa en la búsqueda de la verdad.

Este método de pensamiento, que no dista mucho de las acciones de un niño al explorar el mundo que está descubriendo libre de dogmas previamente establecidos, requirió de grandes pensadores como:

Sir Francis Bacon: en su Novum Organum, da especial importancia a la experimentación para interpretar y dar forma al conocimiento

David Humme: da prioridad a los hechos observables basados en la experiencia sensible diaria (empírica), para la búsqueda del conocimiento

Karl Popper: introduce la falsabilidad, la cual se opone a la idea de que el hecho de que muchos casos sean parecidos hacen una ley y se considere que todos sean así (lo que se conoce como inductivismo), ya que si se demuestra que uno sea diferente, la ley es falsada.

Thomas Kuhn: expone la idea del paradigma científico, al establecer que las observaciones e hipótesis aceptadas, deben ser valoradas y contextualizadas en su tiempo, herramientas de medición y circunstancias, lo cual da una perspectiva evolutiva a las ciencias, no siendo estáticas sino dinámicas.

Como vemos, este método es una herramienta fina y elegante que permiten que se desarrollen, acumulen y evolucionen conocimientos confiables. Los conocimientos con los cuales el veterinario se orienta o trata y diagnostica a las mascotas tienen esta base y son adquiridos en base al esfuerzo de estudio y capacitación constante.

Ahora bien, no solo el médico veterinario es un científico que adquiere información de forma pasiva, si detallamos bien, también es un científico de forma activa y no solo en investigación, sino en la camilla de consulta, ya que la dinámica de la misma tiene un paralelismo muy interesante con el método científico que se expone a continuación:

1) Pregunta o problema: es el motivo por el cual se lleva al paciente a la consulta

2) Investigación inicial: consiste en varias partes:

a. Reseña e historia: información sobre especie, raza, sexo, edad, problemas anteriores, etc.

b. Anamnesis: son las preguntas que realiza el veterinario al tutor de la mascota (come, orina bien, etc.)

c. Observación: ver como el paciente camina, si hay claudicaciones, ver lesiones de piel, etc.)

d. Inspección: medición de parámetros fisiológicos, palpación abdominal, de nódulos linfáticos, articulaciones, etc. A las dos últimas las llamamos examen clínico.

3) Hipótesis: en base a la información recolectada elaborar una lista de problemas del paciente y diagnósticos diferenciales para cada uno. Deben organizarse de más probables a menos probables o de más urgentes a menos urgentes, según sea el caso.

4) Testeo: estudios complementarios a realizar orientados para confirmar o falsar los diagnósticos diferenciales.

5) Análisis de los resultados

a. Si los resultados no son concluyentes, elaborar nuevos diagnósticos diferenciales o pruebas complementarias

b. Si los resultados son concluyentes obtendremos un diagnóstico definitivo

6) Publicación: el diagnóstico definitivo debe ser comunicado al tutor de la mascota junto con el pronóstico, tratamiento u opciones terapéuticas para mejorar la salud y/o la calidad de vida del paciente.

A este abordaje se llama medicina basada en evidencia y ha demostrado ser la mejor manera para obtener diagnósticos que permitan una resolución efectiva del cuadro patológico.

Al ser los pacientes sistemas altamente complejos con infinidad de variables dinámicas, muchas veces, debido a enfermedades, se encuentran en un equilibrio frágil y hay que poner en una balanza la obtención de un diagnóstico ante la estabilidad del sistema (mantenerlo con vida) lo cual no le resta importancia a lo primero, que debe ser tenido en cuenta para lograr lo segundo.

En otras ocasiones, si el cuadro patológico no es muy agresivo, el dinamismo tiende a alejar al sistema de la entropía que, como describió Erwin Schrödinger en su libro ¿Qué es la vida?, es lo que todos los seres vivos hacen. Esto hace del propio organismo del paciente un aliado importante en la curación, que muchas veces se da antes del diagnóstico.

Otro abordaje médico es el empírico, en el cual se hacen tratamientos basados en un diagnóstico presuntivo elaborado con la información recolectada en los pasos 1 y 2. Esto se puede tomar bien sea considerando la respuesta al tratamiento una forma de testeo (paso 4) o simplemente saltándose los pasos 4 y 5 en base al llamado “ojo clínico”, con esto último hay alto riesgo de error diagnóstico por lo cual hay que hacer un balance riesgo beneficio y no tomarlo como una práctica rutinaria.

Hay múltiples razones para caer en esta situación, entre las más comunes están:

• Expresión de signos clínicos muy superficiales por el paciente que, en apariencia no justifican la realización de estudios invasivos, ya que se puede tratar de una enfermedad muy poco agresiva que puede solventarse sin llegar a un diagnóstico específico, en estos casos el tratamiento puede ser de sostén o sintomático solo para aliviar al paciente mientras este se cura por sus propios medios. Obviamente si los signos se mantienen o empeoran, se debe profundizar.

• Implementar un tratamiento en base a un diagnóstico presuntivo y evaluar la respuesta o no como herramienta diagnóstica.

• Confianza injustificada de parte del profesional en base su experiencia, enfoque inductivista que prioriza hallazgos empíricos sin testeo. Fuente de error diagnostico que debe evitarse por el bienestar de los pacientes.

• Que el profesional ceda ante los deseos de obtener una solución fácil, simple y económica al problema planteado por parte del tutor del paciente.

Como hemos desarrollado acá, el veterinario es un científico que cuenta con conocimientos y una metodología, apoyada en los hombros de grandes pensadores de la humanidad, que sirven como herramienta invaluable para la obtención de diagnósticos y tratamientos de los pacientes.

Es importante que como médicos veterinarios tengamos presentes esta metodología y llevar a cabo medicina basada en evidencia teniendo conciencia de las grandes cosas que hay detrás de este abordaje, su relación con las actividades cotidianas que realizamos en el consultorio en el día a día con nuestros pacientes y sus tutores, así como tenemos una responsabilidad de brindarles nuestros servicios a ellos, es nuestro deber también enaltecer nuestra profesión y plantearnos como profesionales dignos con una base amplia de esfuerzo, estudio y experiencia que nos otorgan un papel respetable en la sociedad.

 

 


 

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