Salud
Instituto Malbrán: el mayor productor de antivenenos de Argentina
En el Instituto Nacional de Productos Biológicos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán, se producen ocho tipos de antivenenos para picaduras de serpientes y arañas ponzoñosas. Es uno de los pocos productores de América.
En América existen pocos países productores de antivenenos, que son el único tratamiento efectivo para picaduras de animales venenosos de importancia sanitaria. Argentina es uno de ellos.
En el Instituto Nacional de Productos Biológicos (INPB) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán. Es el mayor productor en cantidad y variedad del país.
Actualmente se producen ocho tipos de antivenenos, de los cuales cuatro son para las serpientes yarará grande y chica, la jararaca y yararacusú, la coral y la víbora cascabel; y cuatro son para los arácnidos, entre ellos los escorpiones, la araña marrón, la viuda negra y la araña del bananero.
El antiveneno para ésta última, producido por el INPB desde 2017, es el único producto específico para este envenenamiento que se hace en el mundo, en tanto que en Brasil sólo se produce una versión polivalente.
En diálogo con Télam, Dokmetjian explicó que la producción de antivenenos es "un proceso muy complejo que involucra múltiples profesionales de diversas disciplinas y que requiere de laboratorios sofisticados y caros de sostener".
"Gracias al esfuerzo del Estado, en el INPB producimos alrededor de 40 mil frascos por año, lo que nos da la capacidad de cubrir los hospitales centrales de todas las provincias", agregó.
En Argentina se registran alrededor de 10 mil accidentes con animales ponzoñosos por año, de los cuales entre el 70 y 75% son por escorpiones venenosos, que están distribuidos por todo el centro y norte del país y viven en las ciudades.
"Todas las especies con las que trabajamos pueden causar la muerte porque el veneno es muy potente y actúa muy rápido, a las pocas horas y hasta los dos días, por lo que si no se acude a un centro asistencial rápido, luego puede ser tarde, sobre todo para los venenos neurotóxicos, como la viuda negra y la del banano, la cascabel y la coral", explicó Dokmetjian a Télam.
"Dentro de los 47 mil tipos de arañas que hay, solamente cuatro grupos son los que pueden llegar a matar a una persona. Uno está en Australia y los otros tres son las arañas del banano, la marrón y la viuda negra. Acá tenemos de las tres y producimos sus antivenenos", explicó a Télam, Adolfo De Roodt, científico del Área de Investigación y Desarrollo del INPB y docente de Toxicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
La producción de los antivenenos comienza con la riesgosa tarea de búsqueda y captura de animales ponzoñosos, de la cual participan biólogos, bioquímicos y veterinarios. Una vez que los animales están en la sede central del INPB, son alimentados y criados en el aracnario y el serpentario, respectivamente.
Posteriormente se les extrae el veneno, se lo analiza, se definen las características y se prepara el inmunógeno para los equinos, en una cantidad que no es letal para el caballo.
Una vez que el caballo tiene una cantidad suficiente de anticuerpos, se extrae el plasma y comienza la producción en una planta esterilizada donde se lo procesa, bajo estrictos controles de calidad.
Más allá de este proceso "tradicional" biológico con el que se obtiene los antivenenos inyectables, también se está avanzando en líneas de investigación para generar venenos recombinantes, es decir, artificiales.
(Con información de Télam)