Primates
Una ola de ataques de macacos a humanos aterroriza a una ciudad japonesa
En las últimas semanas macacos japoneses atacaron a 42 personas en la ciudad de Yamaguchi. Algunas de las víctimas en las calles y otras en sus propias casas. Un estudio analiza las causas del conflicto.
Los macacos japoneses pueden verse con frecuencia en varias partes de Japón y si bien suelen comerse las cosechas o entrar a las casas por comida, los ataques a humanos son poco comunes. Sin embargo, desde hace algunas semanas unas 40 personas de la ciudad de Yamaguchi han sufrido ataques de uno o más ejemplares de esta especie de primates. Las víctimas, entre la que se encuentran varios niños, sufrieron mordeduras y arañazos.
La policía local patrulla la zona desde las primeras denuncias de ataques, pero no han podido evitar que siguieran sucediendo.
Pese a que en el pasado el macaco japonés fue una especie en peligro, el número de ejemplares ha aumentado recientemente. Ahora están catalogados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una especie de "preocupación menor".
Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Yamagata sobre los conflictos entre humanos y macacos en comunidades cada vez más reducidas, "Las poblaciones del macaco japonés (Macaca fuscata), que eran vulnerables hasta principios del siglo XX, se han recuperado recientemente. Sin embargo, este proceso de recuperación rara vez ha sido aclamado como un éxito de conservación, porque ha desencadenado serios conflictos entre las personas y los macacos". Y agrega "Las principales causas exacerbantes de los conflictos han sido los cambios drásticos en las interrelaciones entre la gente, los bosques y los macacos, así como los cambios sociales sin precedentes en el Japón moderno (es decir, despoblación a nivel nacional)".
El macaco japonés, macaco de cara roja o mono de las nieves vive en los bosques y montañas de las islas de Japón. Viven en grupos y son de hábitos diurnos y fuertemente sociales.
Los macacos japoneses están considerados entre los primates más inteligentes. Con el fin de sobrevivir a los crudos inviernos del centro de Japón, localizan fuentes termales de agua caliente y se sumergen en ellas el tiempo que sea necesario.