El Sindicato de la Industria de la Pirotecnia y Afines (SUEIPA) y la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA) acordaron eliminar de su producción la fabricación de pirotecnia de estruendo. Así, se dejará de producir bombas y petardos de suelo. En cambio, según informaron, focalizarán la producción en la fabricación de productos de "bajo impacto".
El uso de pirotecnia, no solo de estruendo, sino también los fuegos artificiales, son motivos de protestas y reclamos por gran parte de las sociedades del mundo.
Hay estudios que documentan los impactos negativos de la pirotecnia sobre el ambiente, las personas y los animales.
Se sabe que frente a ruidos muy fuertes y abruptos los animales muestran respuestas fisiológicas de estrés y de comportamiento.

En el caso de los animales de compañía, debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. Incluso algunos perros tienden a morder la pirotecnia lo cual puede generarles daños muy graves.
Las aves también pueden sufrir problemas cardíacos, lesiones oculares y auditivas. Además, pueden levantar vuelo y llegar a desorientarse, y si están nidificando, pueden llegar a abandonar temporaria o definitivamente los huevos o los pichones que tenían a su cuidado.
Más allá de lo acordado por los empresarios y los sindicalistas, cada persona puede elegir: ser o no responsable de las consecuencias del uso de la pirotecnia.