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sábado 03 de mayo de 2025 - Edición Nº2256
Vet Market » Divulgación » 20 nov 2021

Estudio

La acelerada tasa de extinción de especies podría poner en peligro la salud de los ecosistemas

Un estudio internacional muestra que los seres vivos grandes, longevos y de baja fertilidad en riesgo de extinción, sean vegetales o animales, son responsables del 80% de la diversidad funcional en los ecosistemas del planeta.


Investigadores analizaron las funciones de unas 75.000 especies vegetales y animales, de las más de un millón consideradas en peligro de extinción, estimando su importancia en el funcionamiento de los ecosistemas terrestres.

El estudio, publicado en Science Advances, considera que la acelerada tasa de extinción de especies podría poner en peligro la salud de los ecosistemas de todo el planeta. Esto podría deberse, entre otras causas, al impacto de la extinción de determinadas especies cuyo rol es clave en el mantenimiento de las funciones y servicios que los ecosistemas proporcionan.

El trabajo demuestra que la extinción de especies consideradas en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) modificaría significativamente, y a escala mundial, la gama de funciones que realizan las plantas, mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces de agua dulce en los ecosistemas.

 

 

Desde las musarañas y las lentejas de agua hasta las ballenas azules y las secuoyas, los animales y las plantas exhiben una extraordinaria variabilidad en sus características funcionales y morfológicas, incluyendo amplias diferencias en tamaño, peso, forma, o capacidad reproductiva. Estas características determinan el papel que juegan las especies en los ecosistemas, y también cómo estas responden a los diferentes impactos del cambio global.

El equilibrio de los ecosistemas no depende, por tanto, solo de la cantidad y variedad de especies que los componen y de sus relaciones, sino también del papel que juegan las distintas especies en el mantenimiento de dicho equilibrio.

Esta diversidad funcional supone considerar que no todas las especies tienen el mismo rol y que en los distintos procesos que tienen lugar en los ecosistemas pueden intervenir distintas especies, pudiendo ejercer roles distintos o similares. Así, algunas funciones particulares realizadas por un grupo taxonómico como plantas, mamíferos o peces de agua dulce, pueden ser redundantes entre muchas especies o sólo soportadas por unas pocas.

Si estas funciones son muy redundantes, es poco probable que la extinción de parte de las especies afecte fuertemente las funciones de todo el grupo. Por el contrario, si determinadas funciones son realizadas por una o pocas especies, su desaparición conducirá a una reducción de la gama de funciones general.

 

Más de la mitad de las especies es responsable de menos del 20% de las funciones que realizan estos grupos, lo que implica que el 80% de las funciones restantes las realizan pocas especies

 

En el contexto actual de declive global de la biodiversidad, con un millón de especies estimadas en peligro de extinción, es importante determinar en qué medida estas extinciones alterarán las características funcionales de plantas y animales. A través del análisis de la información filogenética y de diversos rasgos funcionales (características morfológicas, fisiológicas y fenológicas) de más de 75.000 especies se ha caracterizado el espectro funcional global de cada uno de los grupos estudiados.

El investigador del CIDE, Francisco de Bello, explica: "Utilizamos información de rasgos funcionales de 39.260 especies de plantas vasculares, 4.953 mamíferos, 9.802 aves, 6.567 reptiles, 6.776 anfibios y 10.705 peces de agua dulce de diferentes bases de datos publicadas. Para cada uno de estos grupos, elegimos un conjunto de rasgos funcionales fundamentales asociados con diferentes aspectos clave de su ecología".

Según este trabajo, más de la mitad de las especies es responsable de menos del 20% de las funciones que realizan estos grupos, lo que implica que el 80% de las funciones restantes las realizan pocas especies, con características funcionales únicas, de las que no hay muchas otras especies funcionalmente redundantes.

 

Las especies con tamaños más grandes, de mayor longevidad y madurez sexual tardía, son las que tienen muchas más probabilidades de verse amenazadas

 

Durante el próximo siglo, si las extinciones se ajustan a las predicciones de la UICN, la disminución funcional estaría entre el 0,3% (para los reptiles) y el 5,1% (para los peces de agua dulce). Si bien este descenso sigue siendo limitado, vendría acompañado de un aumento significativo en la gama de funciones que soportaría una sola especie (del 17 al 23% según el grupo), incrementando el impacto de futuras extinciones.

Las especies con tamaños más grandes, de mayor longevidad y madurez sexual tardía, son las que tienen muchas más probabilidades de verse amenazadas. Al respecto el líder de la investigación, Carlos Carmona, considera: "Su extinción provocaría reorganizaciones notables en los espectros funcionales de la mayoría de los grupos, haciéndolos más vulnerables a futuras extinciones en el futuro". El investigador de la Universidad de Tartu, de Estonia, agrega: "Si las extinciones ocurren más rápido de lo esperado se producirá un marcado aumento en el declive funcional global, lo que parece probable dada la actual aceleración de los cambios a escala planetaria".

 

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