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domingo 22 de diciembre de 2024 - Edición Nº2124
Vet Market » Divulgación » 1 nov 2021

Enfermedades Transmitidas por Vectores

¡Cuidado Garrapatas!

La garrapata es el segundo vector más eficaz en la transmisión de patógenos causantes de enfermedades, solo superada por el mosquito. Pueden infectar diferentes especies animales, incluidos los humanos. El incremento y expansión de las Enfermedades Transmitidas por Garrapatas se ven favorecidos por el cambio climático.


El mundo experimenta una emergencia sanitaria en cuanto a las enfermedades transmitidas por vectores como resultado de la interacción de factores medioambientales, ecológicos, sociales, económicos que facilitan la propagación de agentes infecciosos.

Las garrapatas, son por detrás de los mosquitos, el segundo vector más eficaz en la transmisión de patógenos causantes de enfermedades.

Las garrapatas son ectoparásitos hematófagos pertenecientes al Phylum Arthropoda, Clase Arachnida, Subclase Acari, Orden Parasitiformes, Suborden Ixodida. Estos parásitos pueden infestar vertebrados terrestres domésticos y silvestres, incluidos los humanos.

 

 

Este grupo de artrópodos está distribuido por todo el mundo, aunque la mayor diversidad y abundancia se produce en regiones de climas cálidos. Suelen ser de hábitos diurnos y su actividad está muy relacionada con factores climáticos como la temperatura y la humedad.

Biológicamente cercanos a las arañas y a los escorpiones, poseen 4 pares de patas, tienen el cefalotórax y el abdomen fusionados, sin antenas, con un par de palpos libres y un aparato bucal, denominado hipostoma, adaptado a la sujeción y la succión.

El ciclo de vida de estos artrópodos comprende 4 fases: huevos, larvas, ninfas y adultos. Las ninfas son morfológicamente similares a los adultos (aunque sin desarrollo sexual); las larvas en cambio, característicamente tienen 3 pares de patas lo que puede inducir a error en su caracterización.

Las garrapatas tienen un mecanismo de reproducción muy rápido, luego de aparearse, la hembra deposita los huevos, que eclosionarán 20-60 días después de la puesta, iniciándose nuevamente el ciclo. Una sola Garrapata, dependiendo de la especie, es capaz de poner de 3.000 a 7.000 huevos a lo largo de su vida.

 

 

Este grupo de artrópodos se divide básicamente en dos subfamilias, diferentes en cuanto a su morfología o a sus hábitos:

- Garrapatas duras (Ixódidos): con escudo dorsal y palpos e hipostoma terminal, lo que significa que se aprecian perfectamente en vista dorsal de la garrapata.

- Garrapatas blandas (Argásidos): sin escudo dorsal y palpos e hipostoma subterminal o ventral, por lo que no se aprecien desde la visión dorsal. 

Los hábitos hematófagos diferencian claramente a los dos grupos de garrapatas:

- Las garrapatas duras suelen quedarse en el hospedador succionando sangre hasta que se produce la muda, es decir, el crecimiento del artrópodo de un estadio a otro, en ese momento se sueltan, pero inmediatamente buscarían otro; hay alguna especie que permanece en el mismo durante toda su vida. En una palabra, los ixódidos se alimentan de la sangre de su hospedador de forma continua y desde que salen de los huevos como larvas hasta que se desprenden definitivamente fértiles.

- Las garrapatas blandas, únicamente permanecen en el hospedador el tiempo necesario para cubrir sus necesidades de alimento, sus hábitos hematofágicos son, por tanto, discontinuos; esta característica biológica hace que las garrapatas blandas tengan una gran incidencia como vectores de agentes patógenos.

 

 

De forma general las especies de garrapatas están asociadas a un tipo de hospedador, aunque pueden ser flexibles en estas preferencias.

En cualquier caso, para poder alimentarse las garrapatas necesitan introducir su aparato bucal en la piel del hospedador. Para asegurar este proceso, las garrapatas se aseguran a la piel gracias a los dientes retrógrados que presentan en el hipostoma, que, a modo de anclas, impiden el retroceso del sistema suctor y aseguran la alimentación y de la secreción de un cemento que asegura esta pieza bucal dentro de la piel del hospedador.

El proceso de hemosucción es muy visible en garrapatas blandas, ya que rápidamente abandonarán al hospedador. En garrapatas duras es mucho menos aparente y lento.

 

 

Existen unas 900 especies de garrapatas. La mayoría de ellas no transmiten enfermedades, pero algunas portan bacterias u otros organismos que pueden causar problemas de salud que van de leves a serios, pudiendo causar la muerte.

El espectro de enfermedades transmitidas por garrapatas (ETG) ha aumentado considerablemente en los últimos años debido a una mayor observación clínica epidemiológica y a la mejora en técnicas diagnósticas tanto de cultivo como de biología molecular.

Las garrapatas duras se han convertido en los principales vectores de enfermedades infecciosas en el mundo industrializado y los segundos a nivel mundial tras los mosquitos.

Más allá de la transmisión de microorganismos patógenos durante su proceso de alimentación (bacterias, virus, protozoos, helmintos), también pueden producir reacciones de hipersensibilidad en el punto de la picadura (pápulas pruriginosas) e incluso reacciones sistémicas de tipo anafiláctico.

Pueden provocar parálisis neurotóxica mediante la inoculación de neurotoxinas, llegando a provocar traumatismo local, a nivel de la piel y tejido celular subcutáneo, al romper la piel para introducir sus procesos bucales y alimentarse, hecho que favorece el desarrollo de infección piógena secundaria. Por otra parte, la parasitación masiva, que se observa en algunos animales, es capaz de provocar anemia severa por consumo de sangre.

 

 

Entre las enfermedades que transmiten las garrapatas y que representan mayor preocupación pueden mencionarse: Fiebre Exantemática Mediterránea, Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, Anaplasmosis (ehrlichiosis granulocítica humana), Grupo Antigénico Bhanja, Enfermedad de Lyme, Babesiosis, Linfangitis asociada a Rickettsia, Debonel/Tibola, Tularemia, Fiebre Maculosa de las Montañas Rocosas.

Con pocas excepciones, la mayoría de las garrapatas que afectan a perros y gatos son las mismas que las que atacan al ganado, a otros animales salvajes (mamíferos, aves, etc.) y a los seres humanos.

Según el sitio parasitipedia.net, se trata sobre todo de especies de garrapatas duras de los géneros: Amblyomma (en América y África), Dermacentor (en todo el mundo), Haemaphysalis (en Europa y Asia), Hyalomma (en Europa y Asia), Ixodes (en todo el mundo) y Rhipicehpahlus (en todo el mundo). En tanto, entre las garrapatas blandas: Otobius megnini (en América Latina).

En Argentina existen 51 especies de garrapatas, 11 pertenecen a la familia Argasidae (garrapatas blandas) y 40 a la familia Ixodidae (garrapatas duras). (Fuente: INTA)

Rhipicephalus sanguineous sensu lato, es una de las garrapatas más prevalentes en la Argentina. Algunos de los patógenos que pueden ser transmitidos por la picadura de este ectoparásito son: Erlichia canis, Babesia vogeli, Mycoplasma haemocanis y Anaplasma platys. En tanto, Hepatozoon canis, es el único patógeno que se transmite de forma diferente (el perro debe ingerir una garrapata infectada).

 



El tratamiento de los animales de compañía infectados por garrapatas consiste en la utilización de antiparasitarios según indicación profesional teniendo en cuenta que se trate de perro o gato, de la edad, de si es hembra preñada o no, entre otras variables.

El uso de productos antiparasitarios externos sobre perros y gatos tiene como objetivo protegerlos de las garrapatas y disminuir la probabilidad de que adquieran enfermedades por estos vectores. Es muy importante resaltar que jamás deben utilizarse antiparasitarios externos de uso exclusivo para perros en los gatos, ya que son tóxicos para estos últimos.

Es muy importante destacar también que las garrapatas deben extraerse enteras, sin hacer movimientos giratorios, con una pinza y debe desinfectarse la zona luego de su extracción.

 


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