Arqueología
Descubren que hace 18.000 años los humanos criaban los "peligrosos" casuarios como aves de corral
A partir del hallazgo de cáscaras de huevos de casuarios en Nueva Guinea, investigadores descubrieron que hace 18.000 años los humanos criaban a esas aves en corrales para alimentarse de sus huevos y su carne.
A partir del hallazgo de cáscaras de huevos de casuarios en Nueva Guinea, investigadores de la Universidad de Penn State, de los EE.UU., pudieron determinar que hace unos 18.000 años, los humanos criaban esas aves para alimentarse de sus huevos y su carne.
Los resultados del estudio acaban de publicarse en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Casuarius es un género de aves Casuariiformes de la familia Casuariidae, más conocidos con el nombre de casuarios.
Estas aves consideradas las más peligrosas del mundo existen actualmente y habitan en las selvas tropicales de Australia y Nueva Guinea..
Los casuarios pueden infringir lesiones mortales a un humano adulto, golpeando con sus sólidas y fuertes patas, abriendo el cuerpo del intruso con sus afiladas garras.
Los dedos interiores tienen garras largas y puntiagudas, como cuchillos, que son un arma de defensa mortífera. El casuario cuando se siente acorralado es especialmente peligroso.
Está catalogada como la segunda ave más grande en el mundo después del avestruz. Un casuario puede llegar a medir hasta 2 metros y pesar 70 kilogramos. Alcanzan hasta 50 km/h a través de los densos bosques y pueden saltar hasta 1.5 metros.
Los casuarios son comúnmente comparados con velociraptores, "Sin embargo, los polluelos de casuario son mansos con los humanos, además de fáciles de mantener y criar hasta el tamaño adulto", afirman los investigadores. Es que al nacer, estos polluelos sufren el fenómeno conocido como 'impronta'(el primer ser vivo que ven lo asocian con su madre). Es por ello que si lo que ven es un humano, le seguirán a cualquier parte.
Probablemente por esta razón, según los investigadores, los antiguos habitantes de las selvas tropicales de Nueva Guinea recolectaban preferentemente huevos en las últimas etapas del crecimiento embrionario para incubarlos y criar polluelos. Esta sería la evidencia más antigua conocida del manejo humano de la cría de aves.