Recientemente una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) fue encontrada varada en el extremo sur de la Bahía Samborombón, a unos 600 metros frente al Faro San Antonio, en San Clemente del Tuyú. A pesar de los esfuerzos de la Fundación Mundo Marino por asistirlo durante sucesivas jornadas, el animal finalmente murió.
Esta noticia lamentablemente no es un caso aislado. En lo que va del 2021 han aparecido varadas muertas unas 100 ballenas en la región (Brasil, Uruguay y Argentina).
La Fundación Mundo Marino comunicó un alerta sobre esta situación en su página web y detalló los casos más recientes.
La cantidad de varamientos se ha incrementado un 80% en el período comprendido entre los años 2015 y 2021, en relación a los registrados entre los años 2010 y 2015. Teniendo en cuenta que la mayoría de los ejemplares han sido animales jóvenes los expertos consideran que podría deberse a la falta de experiencia y que por ello se desorientan en la búsqueda de alimento, y que al no encontrarla se debilitan y enferman.

Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, considera la hipótesis de que podría existir una dispersión de las presas de las ballenas generada por el aumento de la temperatura del océano como consecuencia del calentamiento global, por lo que los animales comienzan a buscar sus presas en lugares atípicos.
Otro problema es el de las ballenas heridas producto de la interacción con redes de pesca o colisiones con embarcaciones. El Instituto de Conservación de Ballenas, publicó en el mes de marzo un informe sobre esta problemática.
Con respecto a qué hacer si se encuentran cetáceos en playa, Rodríguez Heredia señala “Es importantísimo que las personas no se acerquen ni toquen al cuerpo del animal, como mostraron las recientes imágenes de lo ocurrido en Comodoro Rivadavia. Existe el riesgo de que transmitan una zoonosis. Esté vivo o muerto, hay que llamar a Prefectura Naval o al centro de rescate especializado más cercano”.