Los profesionales de la salud normalmente están expuestos a importantes factores de riesgo durante el desarrollo de la práctica profesional. Entre ellos, la exposición a factores de riesgo de origen psicosocial (estresores laborales), los cuales influyen de forma negativa en la salud y la calidad de vida. Durante la pandemia todos estos factores se han visto incrementados.

Según la Dra. Nienke Endenburg, presidenta del Grupo de Bienestar Profesional de WSAVA (PWG), "el bienestar veterinario es un problema en todas partes del mundo. En especial, los miembros más jóvenes y femeninos de la profesión son los que particularmente están más en riesgo. Además, la actividad de la profesión veterinaria es muy emocional porque tiene que lidiar con la vida y la muerte, pero también muchas veces tiene que tratar con dueños difíciles, actuar como gerentes de sus clínicas y ocuparse de que los clientes les paguen".
Durante la pandemia, muchas personas han recurrido a los animales de compañía en busca de apoyo ante la falta de contacto social con las personas. Esto significa que los equipos veterinarios han estado más ocupados mientras trabajan bajo las restricciones de COVID-19. Por otra parte, muchos de ellos también han tenido que lidiar con dificultades en sus vidas personales, incluidos familiares enfermos, encierros y educación en el hogar.

Endenburg aconseja a los veterinarios que deseen mejorar su bienestar "Los veterinarios deben darse cuenta que su propia salud y bienestar es muy importante. Es genial preocuparse por los animales y sus dueños, pero si no se cuidan a sí mismo a largo plazo, es posible que no puedan preocuparse por los demás. Ser veterinario es un gran trabajo, pero también es difícil y la familia o los amigos a veces no se dan cuenta de esto. ¡A veces puede ser difícil de explicar cuando todos piensan que abrazas a los cachorros todo el día para ganarte la vida!".