Un estudio publicado recientemente en Current Biology afirma que los perros muestran a poco de nacer habilidades para interactuar con los humanos.
Según el estudio, a las ocho semanas de edad, los perros muestran habilidades sociales e interés en rostros humanos, y los factores genéticos representan casi la mitad de la variación en dichas habilidades. Así, los perros domésticos exhiben similitudes funcionales con los niños humanos en su sensibilidad a los actos cooperativos-comunicativos.

Los investigadores sostienen que desde el comienzo del desarrollo, los perros responden de manera flexible a diversas formas de gestos cooperativos, y que al igual que los niños, son sensibles a las señales ostensivas que marcan los gestos como comunicativos.
Para estudiar el desarrollo y los orígenes genéticos de la habilidad de los perros, los investigadores pusieron a pruebas sociocognitivas a 375 cachorros de ocho semanas.
Los hallazgos muestran que, desde el principio del desarrollo, los cachorros son muy sensibles y receptivos a diversas señales comunicativas de los humanos, incluidos los gestos y el habla, y que la variación en estos rasgos está bajo un fuerte control genético.
Esto respalda la idea de que a través del proceso de domesticación, los perros han desarrollado una preparación biológica para este tipo de interacciones sociales, aunque los mecanismos exactos siguen siendo desconocidos.