La transfusión sanguínea es una herramienta que en muchas ocasiones aumenta considerablemente las posibilidades de supervivencia de los pacientes. Por eso es muy importante que la sangre y los productos sanguíneos puedan estar disponibles en la clínica veterinaria.

La Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM) considera que aunque las transfusiones de sangre felina se realizan con poca frecuencia en la práctica veterinaria de atención primaria, pueden salvar vidas y que para evitar complicaciones es necesario proceder con un manejo cuidadoso del donante y la selección del receptor, la comprensión de la compatibilidad del tipo de sangre y el monitoreo de las transfusiones. También señala que a veces la transfusión de sangre felina puede ser perjudicial para el donante y el receptor si no se toman precauciones. 

Los gatos tienen aloanticuerpos naturales contra los antígenos de los glóbulos rojos y pueden ocurrir reacciones graves con las transfusiones de tipos diferentes. 

Las transfusiones de sangre también pueden transmitir agentes infecciosos al receptor, por lo que la prueba del donante es esencial. 

Finalmente, los donantes deben gozar de buena salud y estar sedados según corresponda, con sangre recolectada de manera segura y estéril para optimizar el beneficio para los receptores. 

Las reacciones a las transfusiones son posibles y pueden ser de naturaleza leve a grave. Las autotransfusiones de sangre y las xenotransfusiones pueden considerarse en determinadas situaciones.

Estas Directrices han sido creadas por un panel de autores convocados por la ISFM, con base en la literatura disponible, con el objetivo de proporcionar una guía práctica para la tipificación sanguínea, la comparación cruzada y la extracción y administración de sangre.