Estudio
Los animales comparten con los humanos mecanismos similares para frenar la propagación de enfermedades
Un estudio demostró que el distanciamiento social como mecanismo de inmunidad conductual no es una construcción humana única.
Investigadores de la Universidad de Florida, EE.UU., estudiaron la inmunidad conductual y el distanciamiento social de los animales en la naturaleza, y demostraron que el distanciamiento social como mecanismo de inmunidad conductual no es exclusiva construcción humana.
El estudio, recientemente publicado en BioScience, sostiene que ‟los patógenos tienen un poder inmenso para impulsar la dinámica de la población, alterar la estabilidad de la comunidad y manipular el comportamiento de los animales. La pandemia de COVID-19 subraya ese poder en la sociedad humana, pero también destaca la efectividad de comportamientos como el distanciamiento social para mejorar la propagación de enfermedadesʺ.
También señalan que ‟varias especies que abarcan el reino animal han desarrollado comportamientos independientes para frustrar a los patógenos, aumentando sus sistemas inmunológicos innato y adquiridoʺ. Y agregan ‟Los animales que están evolutivamente distantes de los humanos, como las hormigas, las abejas y las langostas, utilizan el distanciamiento social de manera eficaz y eficiente, quizás en parte debido a su gran capacidad para detectar señales sutiles de infección en otrosʺ.
‟Los ejemplos de distanciamiento social en animales salvajes descriptos en el estudio, aunque son convincentes, es probable que sean una pequeña fracción de las que realmente existen en la naturaleza y reflejan las limitadas investigaciones realizadas hasta ahora sobre este fenómeno en la naturalezaʺ, sostienen los autores.
Por último los investigadores se preguntan ‟¿Qué lecciones podríamos aprender sobre la experiencia humana con las pandemias desde una visión ampliada de las enfermedades, su propagación y su prevención en la naturaleza?ʺ.