A pesar de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) todavía no aprobó su uso, ya son seis las provincias argentinas que incluyen a la ivermectina en los protocolos para pacientes con coronavirus: Misiones, Salta, Chaco, Corrientes, Tucumán y ahora también La Pampa.
Los especialistas señalan que el fármaco antiparasitario dio resultados positivos in vitro contra el SARS-CoV-2 y en algunos estudios clínicos acotados, pero que aún está en etapa de investigación.
Se trata de una de las 15 sustancias que actualmente son analizadas en el país para tratar el coronavirus, es decir, que cuenta con estudios clínicos autorizados por la ANMAT.
La ivermectina está autorizada como medicamento antiparasitario tanto en medicina humana como en medicina veterinaria, pero su eficacia contra el coronavirus no está comprobada. Sin embargo, la venta aumentó en los últimos meses porque algunas personas -incluidos médicos- la utilizan como un tratamiento preventivo y durante la etapa inicial de la enfermedad.
Algunas evidencias señalan que existe una mejoría en el 30% de los enfermos tratados con este antiparasitario, pero no hay pruebas que indiquen que sirva para prevenir el contagio de COVID-19. Es que el estudio piloto de la eficacia del medicamento en estadios tempranos de la enfermedad aún se encuentra en fase II.
La ivermectina se vende solo bajo receta, ya que no es una droga inocua y aún en dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos.
Se cree, aunque no está comprobado, que el uso de esta sustancia se asocia con una duración reducida de la enfermedad febril de coronavirus en un entorno ambulatorio, es decir, en pacientes no hospitalizados. Se cree también que tendría un efecto inmunomodulador, que ayuda al organismo a fortalecer su respuesta inmunogénica, a tal punto de que el organismo puede defenderse de mejor manera.
Quienes están a favor de su uso argumentan que bajaría la carga viral de los casos de COVID-19 durante los primeros días. Sin embargo, para la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la evidencia científica en curso que evalúa el uso de ivermectina sola o combinada con otras drogas para la prevención y/o tratamiento de la infección por SARS-Cov2 ‟es de muy baja calidad hasta el momento y no ha reportado datos claros de eficacia clínicaʺ. Además, señalan que la sustancia ‟no es una droga inocuaʺ y que incluso dosis terapéuticas ‟pueden provocar un número frecuente y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a gravesʺ.
Por último, la SADI recomienda que ‟mientras no existan evidencias concretas de mayor calidad debidamente registrados y éticamente aceptables, no se la utilice para el tratamiento y/o profilaxis del SARS-CoV-2ʺ.