Salud Mental
Pandemia: Del miedo al agotamiento psicológico
Uno de los efectos secundarios de la cuarentena por la pandemia de COVID-19 es el burnout. Todo lo vivido durante el año está pasando factura y los especialistas advierten que los efectos se incrementarán en los próximos meses.
Gustavo Iglesias, director de Vet Market
Convivir con la incertidumbre durante largos períodos de tiempo genera estrés y frustración.
Los especialistas consideran que a medida que el temor al contagio disminuye, se incrementa el agotamiento psicológico, la frustración y el hartazgo.
Sin dudas, uno de los muchos efectos colaterales de la cuarentena por la pandemia es el deterioro de la salud mental, que según los especialistas podría incrementarse acorde sigan transcurriendo los meses. Sin embargo, cada persona responde de una manera distinta al estrés, y en este proceso influyen variables genéticas y ambientales: los antecedentes, el apoyo social y familiar, la situación financiera, el grado en el que la enfermedad ha afectado a los seres queridos y la estabilidad emocional, entre otros.
Pese al gran nivel de resiliencia del ser humano, es inevitable que el agotamiento psicológico deje sus huellas.
La salud mental de las personas es una parte fundamental del bienestar y la salud en general. Suele afectar la manera de pensar, sentir y actuar. También afecta la manera de relacionarse con los demás y la toma de decisiones.
Las afecciones de salud mental como depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia, afectan la manera de pensar, sentir y comportarse de una persona de manera tal que influye sobre su capacidad para relacionarse y desempeñarse a diario. Estas afecciones pueden ser situacionales de corto plazo o crónicas.
Los especialistas recomiendan pedir ayuda profesional si la persona siente que el estrés interfiere con sus actividades diarias por varios días seguidos.
Un estudio comparo los síntomas de estrés postraumático en padres y niños en cuarentena con los que no lo estaban y encontraron que las puntuaciones medias de estrés postraumático eran cuatro veces más altas en los niños que habían sido puestos en cuarentena que en los que no estaban. También determinó que el 28% de los padres en cuarentena informaron tener síntomas compatibles con el diagnóstico de un trastorno de salud mental relacionado con el trauma, en comparación con el 6% de los padres que no estaban en cuarentena.
Los especialistas consideran que el enfoque actual en la transmisión de la infección por COVID-19 en todo el mundo probablemente distraiga la atención pública de las consecuencias psicosociales del brote en los individuos afectados y en la población en general, pero los problemas de salud mental emergentes pueden convertirse en problemas de salud duraderos, aislamiento y estigma.
Según una investigación publicada en el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de los Estados Unidos (NCBI), el impacto a largo plazo en la salud mental por COVID-19 puede tardar semanas o meses en ser completamente aparente, y manejar este impacto requiere un esfuerzo concertado no solo de los especialistas de la salud mental, sino del sistema de atención médica en general.
Estudios realizados sobre epidemias anteriores, mostraron que la prolongación de la cuarentena se asocia con un empeoramiento en la salud mental siendo los síntomas de estrés postraumático, conductas evitativas e ira los más prevalentes. De dichos estudios se concluye que cuanto mayor es el tiempo de cuarentena, mayores son los índices de síntomas psicológicos.
¿Y los veterinarios?
No hay muchos estudios realizados sobre el agotamiento psicológico de los veterinarios producto de la pandemia del COVID-19. Uno muy segmentado es el que realizó Kayros Salud para la Unión Sanitaria Valenciana (España). Un trabajo que evaluó la situación emocional de las distintas profesiones vinculadas a la salud, incluida la veterinaria.
Según los realizadores del estudio, la veterinaria ha sido una de las profesiones sanitarias a las que más ha afectado la pandemia, sobre todo por tener que mantener su nivel de trabajo, con el estrés que suponen las medidas de seguridad y la incertidumbre respecto a la pandemia.