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La competencia de los veterinarios no son los otros veterinarios
¿Con quién compiten realmente los veterinarios? ¿Qué hacer? No se trata de quien se queda con la pequeña porción, sino de agrandar "la torta".
Gustavo Iglesias, director de Vet Market
Venimos diciendo desde hace mucho tiempo que la verdadera competencia de los veterinarios no son los otros veterinarios, ni siquiera el que tiene una clínica veterinaria cercana o el que cobra más barato. No se trata de quien se queda con la pequeña porción, sino de agrandar "la torta".
La verdadera competencia de los veterinarios son las decisiones que toma la gente con la asignación de sus recursos económicos.
Hemos visto que durante la pandemia la actividad veterinaria creció. La gente concurrió más a la veterinaria y destinó más recursos económicos en la salud y el bienestar de sus animales. Así lo indicó una encuesta realizada recientemente por Vet Market, donde se les pregunto a los veterinarios si sus servicios habían sido más demandados durante la pandemia y el 91% de los profesionales dijo que sí.
¿A qué se debió?
Se debió a que por el confinamiento la gente gasto mucho menos dinero en cosas que antes gastaba (salidas a restaurantes, cines, viajes, shopping, etc.) y por lo tanto tuvo más dinero disponible, por ejemplo, para llevar a su mascota a la veterinaria.
Esta situación tan especial que se planteó durante la pandemia es una clara demostración de que la clínica veterinaria no compite con otras clínicas veterinarias, sino con otros productos y/o servicios en general.
Circunstancialmente la veterinaria está saliendo favorecida en relación a otros rubros que han sido muy perjudicados.
¿Qué hacer entonces?
Los veterinarios, como agentes sanitarios y desde el enfoque de "Una Salud", deben poner de manifiesto en la población la importancia de los servicios veterinarios por sobre otras opciones superfluas, para que las personas destinen su dinero en la salud y el bienestar de sus fieles compañeros.
Probablemente, luego de la pandemia, algunas personas por sí solas revaloricen las prioridades. No obstante, esa decisión puede y debe ser fomentada y estimulada por toda la comunidad veterinaria.