...8 MESES DESPUÉS
La actividad veterinaria se fortaleció durante la pandemia
Hace casi ocho meses la mayoría de los veterinarios manifestaba su preocupación por la incertidumbre que planteaba la pandemia y la cuarentena. Hoy, la gran mayoría de los veterinarios considera que sus servicios profesionales fueron más demandados.
Gustavo Iglesias, director de Vet Market
Un día nos enteramos que en China un coronavirus infectaba a las personas de ese país y que luego ese virus se extendía por el mundo. Fue así que el viernes 20 de marzo de 2020 comenzaba en Argentina una muy larga cuarentena.
Han pasado casi ocho meses desde entonces y muchos hábitos cambiaron en la sociedad.
A la luz de los hechos, esos cambios perjudicaron enormemente a muchos sectores de la economía, pero no fue el caso de la veterinaria.
Desde el comienzo el sector veterinario tuvo el beneficio de quedar exceptuado de las actividades que debían cesar en el marco del aislamiento social y obligatorio. Sin embargo, al inicio de la pandemia, el 87% de los veterinarios -según una encuesta realizada por Vet Market- creía que se vería muy afectado económicamente.
Ciertamente, en los primeros días de la cuarentena la actividad veterinaria fue baja, pero paulatinamente se fue recuperando a tal punto que en una reciente encuesta realizada por Vet Market, donde se les pregunto a los veterinarios si sus servicios habían sido más demandados durante la pandemia, el 91% de los profesionales dijo que sí.
Es evidente que la pandemia puso de manifiesto la importancia de la salud propia y la de los seres queridos, donde claramente se encuentran ubicados afectivamente los animales de compañía, lo cual implica una mayor demanda de los servicios veterinarios.
El bienestar pasó a ocupar un lugar central en el campo de la salud y el bienestar de las personas. También en la de sus animales de compañía. Además, se han sumado al mercado nuevos clientes que ante el aislamiento decidieron adquirir básicamente perros y gatos.
Más allá de ello, la demanda de los servicios veterinarios también se ha visto beneficiada por la falta de otras ofertas en las cuales las personas pudieran destinar sus ahorros (shopping, viajes, etc.).
Si bien la pandemia todavía está vigente, el aislamiento fue mutando gradualmente hasta una nueva rutina social que aún sigue buscando su forma.
Mientras la amenaza de la COVID-19 sigue vigente nos preguntamos con vista al futuro inmediato: ¿Volverá a ingresar el grupo familiar a la veterinaria? ¿Volverán los congresos presenciales? ¿Dejaremos de usar barbijo? ¿Se consolidará el uso de la telemedicina?
Por otra parte, también nos preguntamos: ¿Se continuarán utilizando las nuevas plataformas tecnológicas para capacitarnos y realizar consultas profesionales a distancia? ¿Se abandonará la modalidad de la consulta exclusivamente por turno?
Mientras no tengamos todas las respuestas deberemos dejar de pensar en volver a la antigua normalidad, ni siquiera a una nueva normalidad como un anhelo o un reclamo ansioso.
Tendremos que ir abriendo las distintas puertas con la que nos encontraremos día a día, tratando de atravesarlas de la mejor manera posible con decisión y valentía. Asumiendo el desafío de innovar y asistir de un modo original y eficaz. Después de todo, siempre ha sido así en la vida.
"Habrá que disolver fobias de distinto calibre, algunas que existían previamente y quedaron fortalecidas, y otras que habrá inaugurado esta pandemia. Transitar los duelos por las pérdidas reales, sabiendo que el duelo es un proceso que tiene un determinado tiempo de elaboración. Por otro lado, habrá que enfrentar el miedo a la repetición de lo traumático y recuperar y fortalecer la esperanza entusiasta (no el pensamiento mágico), la fortaleza de nuestra persona, la consistencia de nuestros ideales, y saber apostar con convicción y responsabilidad al interés y amor por el otro, y por el mundo".
José Eduardo Abadi, médico psiquiatra, psicoanalista y escritor.