COVID-19
Guía para trabajar con mamíferos silvestres en libertad
Entidades de salud animal han creado una serie de directrices con el fin de evitar que los seres humanos puedan transmitir la COVID-19 a los mamíferos de la fauna silvestre generando reservorios.
Con el objetivo de minimizar la posibilidad de que los humanos puedan transmitir la COVID-19 a los mamíferos de la fauna silvestre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y su Grupo de Especialistas en Salud de la Fauna Silvestre, en conjunto con la Comisión de Supervivencia de Especies y la Organización Mundial de Sanidad Animal, han elaborado una serie de directrices para trabajar con mamíferos salvajes en libertad durante la pandemia.
El virus SARS-CoV-2, causante de COVID-19, surgió como patógeno humano en 2019. Mientras se cree que tiene una fuente zoonótica, el reservorio original de vida silvestre y cualquier potencial hospedadores intermedios aún no han sido identificados. Sin embargo, los análisis filogenéticos sugieren que el virus progenitor está relacionado con beta-coronavirus previamente identificados en murciélagos.
La elaboración de esta guía se fundamenta en que en este momento, el SARS-CoV-2 debe ser considerado un patógeno humano y las personas actúan como reservorios y mantienen la transmisión. Existe la posibilidad de que el SARS-CoV-2 se convierta en endémico en la población humana y, por lo tanto, presenta un riesgo de una zoonosis inversa potencial para la vida silvestre, como ocurre con las enfermedades infecciosas como tuberculosis e influenza.
Las recomendaciones de estas entidades están destinadas a personas que trabajan con fauna silvestre en libertad, ya sea en contacto directo (por ejemplo, manipulación) o contacto indirecto (por ejemplo, a 2 metros o en un espacio confinado). También destinado a quienes trabajan en situaciones en las que mamíferos silvestres en libertad puedan entrar en contacto con superficies o materiales contaminados por personal infectado.
Se basan en los primeros principios de bioseguridad e higiene, el conocimiento actual de la transmisión del SARS-CoV-2 de persona a animal y el principio de precaución y se resumen en tres puntos: minimizar, evaluar y proteger.
Minimizar: de acuerdo a las consideraciones éticas para trabajar con vida silvestre, se recomienda que se reduzca lo máximo posible el contacto con animales salvajes. Así, aconsejan aplazar contactos o directamente reemplazarlos por otras modalidades, reducir el número de animales necesarios y minimizar el contacto.
Evaluación: aconsejan que se haga una evaluación de riesgos continua, siguiendo la tasa local de transmisión del SARS-CoV-2 en poblaciones humanas en diferentes localidades, para estimar el potencial de transmisión a la vida silvestre.
Proteger: si se determina que el trabajo con mamíferos silvestres en libertad puede continuar, sigue siendo deber del equipo minimizar el riesgo de transmisión a los mamíferos silvestres (y entre sí) utilizando el equipo de protección adecuado y las medidas de bioseguridad.