A modo de resumen: ya vimos que existen muchas interacciones posibles entre el LTH CD4+ y una CPA o célula dendrítica. Vimos que los perfiles resultantes luego de la activación y expansión clonal podían ser efectores (LTH1 – LTH2 – LTH17 – LTF) o supresores – regulatorios (LTH3 – LTHCD25 – LT CTLA4 – LT FOXP3). Los perfiles efectores activarán mecanismos de eliminación de patógenos o células transformadas. Los perfiles regulatorios o supresores son los responsables de generar tolerancia, ya sea la Tolerancia Central al momento de la gestación y primeros días de vida y la Tolerancia Periférica, por ejemplo la tolerancia oral a nutrientes.

Como dijimos, la diferencia entre perfiles es funcional, en virtud de las citocinas que producen, el fenotipo es idéntico para todos (todos son LT CD4+) e incluso esos perfiles son dinámicos. Un efector posteriormente podría ser tolerogénicos.

La Psico – Neuro – Inmuno – Endocrinología (PNIE) es una neo-conceptualización que estudia como disciplina la interacción existente entre los diversos sectores del organismo. Estudia al individuo de manera integral, y sus interacciones internas y con el ambiente. PNIE: es un modelo no lineal del proceso salud-enfermedad. Se retoman los factores biopsicosociales y las interacciones mente–cuerpo-ambiente que establece el individuo. El cerebro es el organizador central, el decodificador principal de los diferentes estímulos externos captados por los diferentes sistemas sensoriales – vista, oído, tacto, y otros – e internos – virus, bacterias, inflamatorios, neoplásicos – captados por el sistema inmune; hay además estímulos ambientales y metabólicos captados por el sistema endócrino y estímulos cognitivos (pensamientos, recuerdos, emociones.

En función de este concepto de PNIE, la relación de la calidad de respuesta inmune y perfiles predominantes está definida por el microambiente en el que se están generando estos perfiles. Así si un LTHCD4+ activado (significa que reconoció un antígeno presentado por una CPA) que se está amplificando y se polarizará a producir un patrón de citocinas que lo definan como efector, se observará que en el ganglio o bazo altas concentraciones de testosterona, dihiroepiandrosterona (DHEA),  serotonina o dopamina. Por el contrario, en un ambiente donde predominen los estrógenos, cortisol, hormona liberadora de corticotropina (CRH), y leptina posiblemente los perfiles generados sean tolerogénicos.

Por lo dicho, hormonas y neurotransmisores modificarán células inmunes. También sabemos que las citocinas modificarán a las neuronas (por ejemplo en felinos sabemos que los interferones estimulan el apetito) Hormonas como cortisol y el CRH, vinculados al estrés, influyen y promueven perfiles supresores.

Damos un ejemplo, pensemos en la vacunación de un cachorro de 50 días, dos escenarios imaginarios. Escenario 1: cachorro aún al pie de la madre, con sus hermanitos, lugar cómodo y agradable. Escenario 2: cachorro destinado a venta en un pet shop, en una jaula, con cachorros de otras razas, sin la madre ni los hermanos.  La misma vacuna, el mismo cachorro, en función de su bienestar (escenario 1) o del estrés (escenario 2), en el primer caso posiblemente los perfiles inmunitarios generados sean de LTH1 y LTH2. En el segundo caso, posiblemente predominen los perfiles supresores como el  LTH3 y LTCD25.

Es importante considerar a nuestros pacientes de manera integral. Cuando queremos inmunomodular o tratar una enfermedad crónica será necesario considerar este nuevo concepto de PNIE.

MSA – MV Pablo F. Maure

Director del CIV

MN: 6644